martes, 23 de abril de 2013

Te regalo un cuento..."La Doncella, el Soldado y el Rey Sabio"

Querido Papá Gorila:

A pocos minutos del final del día de Sant Jordi, tan especial para nosotros, te regalo un cuento que me ha venido a la mente. Espero que lo disfrutes y en pocos meses se lo puedas contar a nuestro bebé:

"La Doncella, el Soldado y el Rey Sabio"

Muchos años atrás en una pequeña aldea del sur de un reino hispano, una alegre doncella trabajaba cuidando de la belleza de las  mozas pudientes de la zona. Vivía en una humilde casa junto a su familia y llevaba trabajando desde bien jovencita para ayudar en casa y pagar sus pocos caprichos de niña soñadora.

Un día, un grupo de soldados apareció por la aldea. Venían a combatir por una temporada y habrían de darle cobijo y atenciones ya que venían de todas partes del reino cansados de pelear en otras batallas. Su llegada fue muy aclamada por la plebe, ellos iban a ser los responsables de dejar el nombre de la aldea en un buen lugar.

Uno de los soldados resulto ser muy presumido y acudió a solicitar los servicios de la joven doncella. Visita tras visita la amistad fue surgiendo y enseguida se les vio rondando las tabernas de la aldea junto a otras doncellas y soldados. Con el paso de los días la doncella se percató de que el soldado no escapaba de sus pensamientos. Su gracia, sus ojos brillantes y su porte cortés la estaban cautivando ¡¡Se dio cuenta de que se había enamorado!!  Que osadía, rondar con un soldado, con la fama de mujeriegos que les caracterizaba!! Abra que echarle valor -pensó la doncella-  al fin y al cabo, las maniobras iban a terminarse muy pronto y el soldado marcharía a las Catalonias y nunca jamás volvería  a verlo...

Tras varias citas secretas en la posada donde descansaba el resto del escuadrón, el soldado se sinceró, confesando que sus sentimientos eran recíprocos. Aún sabiendo de los riesgos a los que se enfrentaban, decidieron emprender un camino juntos y pronto marcharon hacia Catalonia.

La doncella se despidió de sus familiares y amigos, y ambos partieron hacia tierras del norte. En los siguientes años viajaron juntos por las Catalonias donde el soldado sirvió en diferentes misiones. De la mayoría de ellas salieron victoriosos, pero el soldado estaba perdiendo la ilusión por las batallas...

En un día de descanso el soldado oyó hablar sobre un Rey Sabio, muy risueño, de una tierra lejana, le gusto mucho lo que escuchaba y notó como la llama de esa ilusión perdida comenzaba a calentar de nuevo su corazón. Ese mismo día acudió a la Plaza del Pueblo donde guerreros del Rey Sabio se concentraron para hablar sobre él y su pueblo al resto de ciudadanos. En ese momento el soldado lo vio claro, esa sería su misión, ser Guerrero en las filas del Rey Sabio y servirlo en su cometido de Unificar los Reinos y Vivir en Paz.

En pocos meses el soldado partió hacia el lejano Reino del Rey Sabio Sonriente. Quería conocer el Reino, al Rey y los ciudadanos de aquella tierra desconocida y abrir camino para su familia. La doncella volvió a la tierra del Sur con su familia y espero pacientemente a su soldado mientras se reencontraba con sus antiguas amistades.

Al año siguiente el soldado (ya Guerrero del Rey Sabio) regreso a por su doncella y juntos cruzaron los mares hacia la nueva tierra. Con un zurrón y unas pocas, muy pocas, monedas de oro se aventuraron en lo que sería el gran descubrimiento de sus vidas. Aunque el viaje fue largo y cansado, el recibimiento de los ciudadanos del nuevo Reino fue excelente. La doncella quedo fascinada y en pocas semanas ya estaba enamorada de aquel lugar.

El invierno era frío en el pequeño poblado en el que se instalaron, pero la luz, la gente y la energía del lugar les templaba el alma mucho mas que cualquier manta zamorana. Cada día aprendían algo nuevo. El rey conversaba constantemente con los ciudadanos y contestaba a sus preguntas y dudas, siempre con una gran sonrisa y con la intención de conseguir la Felicidad Pura para todos sus súbditos. Durante este tiempo y desbordado por el amor, el soldado pidió matrimonio a la Doncella y ella le dijo que si rodeados de sus amigos del nuevo reino.

Al tiempo de estar viviendo en el poblado, los consejeros del Rey Sabio decidieron que era hora de volver a casa y compartir todo ese conocimiento con las gentes de otros pueblos. Y así lo hicieron. El guerrero y la doncella llenaron de nuevo su alforja, partieron a su país de origen y aprovecharon para contraer matrimonio en la aldea natal de la doncella.

A las pocas lunas de las celebraciones de boda, comenzó a surgir una incipiente barriguita en el gracioso cuerpo de la doncella. Ya habían pasado mas nueve años desde que aquel grupo de soldados se instalaban en la aldea. Parecía increíble, después de tantas aventuras, iban a ser padres.

Durante el embarazo de la doncella, el soldado fue nombrado Guerrero de la Luz por las autoridades del Pais del Rey Sabio y para ello tuvo que ausentarse unos meses, quedando la doncella al cuidado de sus padres.

 Desde ese momento el soldado tendría el poder de lo divino para cuidar de su familia y transmitir el conocimiento del Rey Sabio a todos los ciudadanos y soldados de todos los Reinos del Mundo Mundial...por los siglos de los siglos.

El ya Guerrero de la Luz volvió muy pronto junto a su doncella para ver, juntos,
nacer a su bebe...

Y aqui, comienza otra historia!

Continuará...


PD: ¿quieres conocer a los protagonistas?


Los soldados en la taberna de la aldea
la primera escapada secreta

En su epoca en Catalonia


El Reino del Rey Sabio

Petición de mano en tierra lejana


La boda

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